viernes, 7 de agosto de 2009

Teatro y Universidad

Teatro y Universidad

Algunas consideraciones

Creo que para entrar con claridad en el tema de los teatros universitarios del país, tenemos que diferenciar a aquellas universidades que tienen al teatro dentro de su estructura académica, es decir como una carrera de grado de aquellas que tienen al teatro como una actividad habitualmente dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria y/o Bienestar Estudiantil. Son dos situaciones completamente distintas y hasta diría que en cada caso el teatro tiene un status diferente dentro de la institución. En el primer caso, no sin esfuerzo, el teatro ha sido reconocido como una actividad académica con títulos de grado y aun de postgrado. En un principio los docentes eran “idoneos” que entraron al sistema por vías de excepción y actualmente la mayoría posee título de grado que lo habilita para la docencia universitaria y las generaciones mas jóvenes ya están en proceso de consecución de sus títulos de posgrado. Muchos de ellos se han asimilado a los institutos de investigación y revistan como investigadores cumpliendo con todos los requisitos formales que la universidad exije. Esta situación se da, con las particularidades del caso en las Universidades de Mendoza, Córdoba, Tucumán, Centro de Buenos Aires y el IUNA. Hablar del rico desarrollo que ha tenido la actividad teatral en estas casas de altos estudios nos llevaría mucho tiempo y lo que en realidad nos importa observar hoy, es la situación que se plantea en el segundo caso: El teatro en la universidad como actividad extracurricular y dependiente de una Secretaría, habitualmente la de Extensión o la de Bienestar Estudiantil. Y aquí puedo señalar que a lo largo de muchos años en la actividad he conseguido observar a grandes rasgos tres variantes en los llamados a veces pomposamente, Teatros Universitarios: 1) Aquellos en los que algunos teatristas han establecido su bunker, legítimo lugar de subsistencia económica y donde han formado un grupo mas o menos cerrado con el que desarrollan sus experiencias artísticas. 2) Los que trabajan con el concepto de “bienestar estudiantil”, es decir, es el espacio en el que los estudiantes universitarios van a realizar la actividad teatral mientras cursan su carrera de grado y que eligen el teatro como otros eligen rugby o futbol, alternativas que también ofrecen estas secretarías. Y 3) Los que tratan con esfuerzo de sostener talleres abiertos a la comunidad y tienen actividad de investigación y producción artística.

Pongamos ahora una mirada sobre las dificultades que suele enfrentar la actividad en estos casos: a) La Secretaría respectiva suele conformarse con pagar el sueldo del docente-director pero escasea el dinero para el mínimo desarrollo de la tarea de este docente contratado y en muchos casos, la situación laboral del mismo es precaria. b) El problema del espacio es una constante en estos casos. Los TU trabajan en aulas inadecuadas, pequeños salones destinados a actividades múltiples y aun fuera del edificio de la Universidad. casi diría que aquí la lucha por el espacio propio tiene hasta un valor de alto contenido simbólico: es la lucha por existir dentro de la macroestructura. c) No hay reconocimiento de las autoridades universitarias a la actividad artística y solo es tenida en cuenta como actividad recreativa de los alumnos. d) Los secretarios son funcionarios atados a los avatares políticos y aun cuando tengan buena voluntad, suelen tener escasos conocimientos de lo que significa la actividad teatral.

Señalemos por otra parte que el Teatro Universitario, sobre todo en las comunidades en las que el teatro profesional no tiene un gran desarrollo, lleva sobre sus espaldas una carga a veces, demasiado pesada: Sus talleres son a menudo el único o al menos el principal lugar de formación que tienen los que aspiran a integrarse con seriedad a la actividad teatral. Son productores de espectáculos que nutren la cartelera local y a menudo, estas producciones son fruto de larga tarea de exploración y búsqueda estética. Por lo que los TU cumplen holgadamente con los tres preceptos básicos en los que se asienta la Universidad: Docencia, Investigación y Extensión.

Por todo lo aquí expuesto sugiero, a fin de sostener y fortalecer nuestra actividad: 1) Crear una red de Teatros Universitarios. 2) Estimular la circulación de docentes y directores en esa red. 3) Alentar la circulación de textos y material teórico. 4) Dar continuidad a los ENTU. 5) Usar las páginas web de las Universidades y crear nuestras propias páginas a fin de difundir nuestro trabajo.-

Estas líneas solo pretenden ser un aporte a las discusiones en el encuentro de Catamarca. Los teatros universitarios han sido y son un puntal en el desarrollo de la actividad teatral en el país y es necesario sentar las bases para su reconocimiento, tanto de las instituciones que los cobijan como de la comunidad en la que desarrollan su labor.

Rafael Nofal

Teatro Universitario de

Santiago del Estero

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